Salir por patas del Sáhara Occidental, dejando al pueblo saharaui en el más pedregoso de los desamparos, fue la primera acción heroica del reinado de Juan Carlos I de Borbón. Reinado de facto, oficioso digámosle, pues aún malvivía el general Franco en una cama del hospital La Paz, para entonces una masa informe prácticamente inerte, la última moneda de cambio de la camarilla de El Pardo.
Nuestro Ejército, especializado en la represión y el asesinato selectivo de la ciudadanía española, huía del desierto abandonando a los saharauis a la merced de su peor enemigo: Marruecos. El franquismo acababa donde empezó, regalando al sátrapa Hassan II lo que quedaba del antiguo Protectorado.
Treinta y tantos años después, España vuelve a las andadas, colaborando en el secuestro aeroportuario de la activista saharaui Aminatu Haidar. Las beneméritas autoridades españolas se niegan a presionar al gobierno alauita para que extienda un nuevo pasaporte a nombre de Haidar y le permita retornar a El Aaiún. La situación es crítica, ya que la huelga de hambre emprendida por la independentista saharaui amenaza con llevarla a la tumba.
El ejecutivo de Zapatero intenta bandear el temporal contemporizando con Marruecos y con la plataforma de apoyo a Aminatu, sin ni siquiera atreverse a utilizar las poderosas armas de las que dispone para obligar a Mohamed VI a ceder. España y Marruecos gozan de unas excelentes relaciones comerciales, las cuales contribuyen de una manera esencial al sostenimiento de la corrupta monarquía marroquí. ¡Es la economía, estúpido!, podíamos gritarle a ZP entre arqueo y arqueo de cejas.
¿Dónde anda el rey en estos momentos, ése que tanto alaban los cortesanos de lengua viperina y barriga agradecida? Recibiendo premios a la libertad de las garras del funesto Aznar.
Dios los cría y ellos se juntan, decimos abusando del goloso refranero castellano. Ya se encargará la República de ajustarles las cuentas.
* Dibujo de Juanito Kalvellido.
2 comentarios:
Así se habla camarada
Salud!
Eres un crack, cada día me sigues sorprendiendo, y eso que todavía no te has enganchado al vino fino de rueda
QG
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