lunes, febrero 16, 2009

En brazos de la mujer madura

De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita que
da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.

(Joan Manuel Serrat)

Contemplar tu cuerpo desnudo junto al mío, a las tantas de la madrugada, hacer una pausa en el vendaval de emociones que nos sacude, mirarte fijamente a los ojos, se me hace extraño. Sentir tu calor, la fragancia de tu piel, devorar tu boca mientras tú devoras la mía, temblar al ritmo de tus jadeos, descubrir la flor de tu secreto, me pone en un apuro, querida mía.

Yo, el acomplejado, el prejuicioso, el incomprendido, el niño empanado diana de todas las ofensas, estoy aquí a tu lado, libre de las ataduras del pasado, comenzando a vivir, cómo quién dice. Me pellizco, por si acaso, notando el ligero dolor, sintiendo la realidad en mis tiernas carnes. No es un sueño, desengáñate, no puedes escaparte por ahí...

Vuelvo a tus brazos, a desplomarme en tu regazo, muñeca. Vuelvo a admirar tu fisonomía, la espléndida figura que me cautivó, la figura que entretiene mis pensamientos. La fuerza irreparable de mi virilidad naufraga frente a tu poderío, mujer, salvaje y pacífica mujer.

Entiendo que lo nuestro, esta historia que tejemos día a día, noche a noche, no es una empresa fácil. Lo sabíamos de antemano, la sociedad está contra nosotros. La hipócrita sociedad judeo-cristiana, que abandonó a Cristo en una cuneta y lo sustituyó por el Dinero, conspirará siempre contra nuestra felicidad. Recién empieza el gran combate, María Teresa.

La edad nos separa, el amor nos une. Sí, el amor, el afecto inexplicable entre un hombre y una mujer, la palabra que tanto temen mis coetáneos, esclavos de sus silencios y de sus cobardías. Al aquí presente no le da miedo esa palabra, gracias a Dios. Existen otras cosas más dignas de ser temidas.

Tu primer proyecto vital fracasó, yo todavía ando confuso, huérfano de proyectos, ávido de experiencias, necesitado de cariño. En ti encuentro la paz que había buscado en otras mujeres, con escaso éxito. En ti, reposa el guerrero encerrado dentro de las fronteras de mi debilidad. De ti, recibo lo anhelado, lo nunca tenido, un pedacito de cielo, nada más que eso. Y nada menos.

Esta es la primera vez que uso este blog para delimitar mi propio espacio sentimental. No me han faltado ganas a lo largo de los años, pero nadie se lo había merecido aún. Tuyo es el honor, o la desgracia, según por donde se mire.

No puedo evitar sentirme avergonzado al exponer mis sentimientos en esta plaza pública, en éste ágora digital, refugio de colegas y compañeros. Quizás os sorprenda leerme así, de esta manera, abriendo mi corazón en canal, ofreciéndoselo en bandeja de plata a una mujer que no conocéis. No puedo evitarlo, soy un romántico.

Se acabaron los fingimientos. No seré un tipo duro por mucho que me lo proponga. Ni tengo el encanto de Bogart, ni la caidíta de párpados de Mitchum. Soy yo, y con ello me basta. Un número más en la contabilidad del Capital. Un oficinista del montón, con ciertas vergüenzas que esconder.

Perdona, Maite, me he distraído por el camino y me he olvidado de que esta parrafada iba dedicada a ti, únicamente a ti. Suelo cumplir las promesas que hago, ésta te la hice hace algunas semanas y ya era hora de ponerse manos a la obra.

No quiero caer en la cursilería, sería una derrota imperdonable, pero, a veces una derrota a tiempo puede convertirse en una victoria. Nuestra relación supera el sexo, para invadir el resto de nuestras almas. Contigo me siento un hombre distinto, a tu vera ya no soy el que yo era. Licencias barrieras aparte, permíteme decirte que te quiero.

Sinceramente tuyo,

JMGL.