jueves, diciembre 24, 2009

Declaración de UCAR-Granada con respecto al resultado de las excavaciones en Fuente Grande (Alfacar)‏



La Unidad Cívica Andaluza por la República en Granada, ante el resultado final de las investigaciones y excavaciones llevadas a cabo en el entorno del Parque García Lorca de Alfacar, las cuales han puesto de manifiesto la inexistencia de fosas y enterramientos en un determinado lugar de aquellos parajes, manifiesta:

1. Su oposición total y rotunda al circo mediático en el que se ha convertido la búsqueda de los restos mortales de los represaliados del franquismo supuestamente sepultados en aquella zona, a saber: Francisco Galadí, Fermín Roldán, Joaquín Arcollas y Miguel Cobo. La actitud ocultista de la Junta de Andalucía ha fomentado la proliferación de rumores y teorías, perjudicando el propio desarrollo de la investigación.

2. Su desacuerdo con las actuaciones parciales en materia de Memoria Histórica, que privilegian a unos muertos sobre otros, sin tener en cuenta la necesidad de una visión integral del problema.

3. Su convencimiento de que la Recuperación de la Memoria Histórica de nuestro pueblo es un asunto de capital importancia para la cicatrización definitiva de las heridas de la guerra civil española y de la dictadura franquista.

4. Su exigencia a los poderes públicos para que actúen de oficio, ordenando la apertura de las fosas comunes diseminadas por el territorio español, identificando a las víctimas en la medida en la que sea posible.

5. Su condena de la Ley de Memoria Histórica promulgada por el gobierno socialista, la cual supone una legitimación indirecta del régimen de Franco y una especie de Ley de Punto Final, al no anular los juicios-farsa de la dictadura.

6. Su determinación de seguir luchando por la Tercera República Española como forma de estado homologable, en términos democráticos, al resto de la Europa Comunitaria.

7. Su pretensión de que sólo la República sentará las bases de la reconciliación nacional española, desmontando el pacto de silencio de la Transición y devolviendo la dignidad a las mujeres y a los hombres asesinados, encarcelados, torturados y reprimidos por el fascismo.

UCAR-Granada, asociación republicana, interclasista y pluralista empeñada en la reconstrucción de la razón democrática española arrasada por el franquismo, se reconoce en el lema popularizado por el Ayuntamiento de Víznar: Lorca eran todos.

Lorca eran todos, porque Lorca fue uno más entre los cientos de miles de asesinados en aquella orgía de sangre que provocó el golpe militar del 18 de julio de 1936. Lorca eran todos, porque Lorca simboliza a la perfección la tragedia de la guerra civil y de la posterior dictadura. Lorca eran todos, porque nuestra piel de toro aún guarda en sus entrañas los cadáveres de miles de Lorcas.

Salud y República.

Junta Directiva de UCAR-Granada.

* Repercusión de nuestro comunicado en Internet:













viernes, diciembre 18, 2009

España como imposible (pendiente de realizar)


Hoy que llevo mis campos en mis ojos
y me basta mirar para verlos crecer
siento vuestra llamada, prados de verde edad,
oigo vuestra palabra, árboles de cien años,
y os busco inútilmente a través de la tarde.
Ni el vuelo de los trinos ni el canto de las ramas
han de romper el duro silencio de mi boca.
Si me quedase inmóvil, como esta buena encina
vendrían vuestros pájaros a anidar en mi frente
vendrían vuestras aguas a morder mis raíces
y aun seguiría viendo con su blancura intacta
quién sabe si dormida, la España que he perdido.

(Pedro Garfias. Primavera en Eaton Hastings)

En la travesía sin retorno del exilio republicano de 1939, España se fue desvaneciendo en los confines del horizonte oceánico. Para aquellos obligados a emprender la senda del destierro, España se agotó en los muelles de un puerto, desapareció tras la frontera francesa o se evaporó cuando sus sierras se extraviaron del ángulo de visión herido por el llanto.

Los españoles derrotados, los vencidos que pudieron escapar de las zarpas del fascismo victorioso, escogieron mayoritariamente el continente americano como destino de asilo y refugio. Al México progresista de Lázaro Cárdenas, que tanto apoyó la empresa republicana, vinieron a recalar los más.

España era todavía el tacto, el olor, la suave ráfaga del calor andaluz, el quebranto inmisericorde de la lluvia en los pastizales del norte. La patria era el ayer querido y detestado, el país por construir y la cárcel del librepensamiento, la hoguera y el puño, Trento y el Ebro. España era una mujer morena condenada al aceite de ricino, España era la esperanza del triunfo aliado en la guerra mundial. La dictadura parecía flor de un día, el regreso al hogar se adivinaba en cada suspiro.

Conforme el deseo cedió al paso imperioso de la realidad, se frustraron sueños, se incumplieron promesas, se formaron familias, se olvidaron ciertos detalles, se catalogó a España de fetiche, de oscuro objeto del deseo. La patria perdida fue quedándose en los versos de los poetas, cobijada en un rincón del sentimiento, escondida bajo un doble fondo como los monstruos de feria.

La Segunda República Española fusilada una y otra vez, despeñada al abismo de un barranco, encarcelada y hambreada, apaleada y torturada, España rapada y violada, víctima de la erradicación sistemática de la razón y de la idea. La franquistada ejecutó a España, echó su cadáver a los perros y enterró las sobras en Cuelgamuros.

Los transterrados comprendieron tarde que era inútil volver a España, pues su España, la que resistió el empuje nazifascista durante tres interminables años, sólo estaba viva en sus recuerdos. Max Aub, el novelista por excelencia del exilio, puso por escrito la crónica del desencanto en La Gallina Ciega, implacable dietario de un viaje por tierras españolas en 1969.

La España en la que nacimos es un espejismo plantado en mitad del páramo de la modernidad. Una fotocopia contrahecha de lo mejor que fuimos, la prueba patente de que la articulación de un nuevo marco de convivencia debe ser uno de nuestros caballos de batalla, de cara al mañana.

jueves, diciembre 10, 2009

Balada triste del Sáhara Occidental


Salir por patas del Sáhara Occidental, dejando al pueblo saharaui en el más pedregoso de los desamparos, fue la primera acción heroica del reinado de Juan Carlos I de Borbón. Reinado de facto, oficioso digámosle, pues aún malvivía el general Franco en una cama del hospital La Paz, para entonces una masa informe prácticamente inerte, la última moneda de cambio de la camarilla de El Pardo.

Nuestro Ejército, especializado en la represión y el asesinato selectivo de la ciudadanía española, huía del desierto abandonando a los saharauis a la merced de su peor enemigo: Marruecos. El franquismo acababa donde empezó, regalando al sátrapa Hassan II lo que quedaba del antiguo Protectorado.

Treinta y tantos años después, España vuelve a las andadas, colaborando en el secuestro aeroportuario de la activista saharaui Aminatu Haidar. Las beneméritas autoridades españolas se niegan a presionar al gobierno alauita para que extienda un nuevo pasaporte a nombre de Haidar y le permita retornar a El Aaiún. La situación es crítica, ya que la huelga de hambre emprendida por la independentista saharaui amenaza con llevarla a la tumba.

El ejecutivo de Zapatero intenta bandear el temporal contemporizando con Marruecos y con la plataforma de apoyo a Aminatu, sin ni siquiera atreverse a utilizar las poderosas armas de las que dispone para obligar a Mohamed VI a ceder. España y Marruecos gozan de unas excelentes relaciones comerciales, las cuales contribuyen de una manera esencial al sostenimiento de la corrupta monarquía marroquí. ¡Es la economía, estúpido!, podíamos gritarle a ZP entre arqueo y arqueo de cejas.

¿Dónde anda el rey en estos momentos, ése que tanto alaban los cortesanos de lengua viperina y barriga agradecida? Recibiendo premios a la libertad de las garras del funesto Aznar.

Dios los cría y ellos se juntan, decimos abusando del goloso refranero castellano. Ya se encargará la República de ajustarles las cuentas.

* Dibujo de Juanito Kalvellido.