martes, octubre 09, 2007

De lo prohibido y otras coplas


Lo descubrí hace unos dos años, me encantó desde el principio esa peculiar manera de cantar. La voz de Bambino duele, duele cómo una puñalada en lo más hondo del corazón. Te pone el vello de punta, emociona hasta al menos flamenco de los mortales.

Desgarrado por vocación, racial, directo y sincero, el utrerano Miguel Vargas Jiménez Bambino, fue un precursor del flamenco fusión, un abanderado de la rumba canalla, anterior a Los Chichos o a Los Chunguitos. Nunca fue artista de grandes multitudes, siempre prefirió los tablaos y las tabernas, lugares propicios donde desplegar el duende que llevaba dentro.

Bambino cantó al amor prohibido, a las pasiones oscuras, a las noches de juerga, copas y sexo. Interpretó boleros, baladas y hasta canciones protesta, desde esa óptica flamenca que tan bien supo hacer suya. Homosexual en tiempos de dura represión, en una España de seíllas, grises y suecas.

Su garganta prodigiosa, ese torrente de palabras musicalizadas, se apagó en sus últimos años, dejándole casi mudo. Cuando casi todos ya lo habían olvidado, con la cruel indiferencia del público que un día le fue fiel, vino a morir en su pueblo natal el 5 de mayo de 1999.

Bambino ejerció de maldito hasta sus últimas consecuencias, la enfermedad del malditismo siempre ataca a los genios. Fue gay en una profesión donde abundan los machitos, en un mundillo donde el marica sólo puede bailar, dar palmas o ser la comparsa de la folklórica de turno. Eso sí, con las notables excepciones de Miguel de Molina y de Angelillo.

La historia de Miguel de Molina es de sobras conocida, aireada incluso en el cine. Primera figura de la copla, hombre de izquierdas, cantó para las tropas republicanas durante la guerra civil, siendo expulsado de España por energúmenos de camisa azul, que lo apalearon, haciéndole beber el amargo aceite de ricino. Exiliado luego a la Argentina, sólo volvió a nuestro país en contadas ocasiones.

De su eterna ausencia se aprovechó la Piquer, favorita del dictador. Así, un artista magnífico se perdió para siempre en los abismos de la historia, una víctima más del fascismo, una más entre millones de españoles que aprendieron a vivir de rodillas. Muchos todavía no han podido (ni querido) levantarse.

Angelillo, de paisano Ángel Sampedro Montero, payo de Vallecas, oficial del ejército republicano, exiliado también en Argentina hasta su muerte. Otro gran cantaor, otra prueba irrebatible de que la copla, el flamenco y la canción española jamás fueron un coto privado de la derecha. Estos géneros musicales, tan denostados por cierta intelectualidad progresista y por algunos hiperrevolucionarios, nacen de lo más profundo de nuestro pueblo, cómo nos recordó el maestro Carlos Cano.

Este pequeño apunte, que comenzó hablando de Bambino, no ha podido dejar de lado ni a Miguel ni a Angelillo, hijos todos de la misma España, puta y rastrera con los disidentes. Escuchen ustedes, camaradas de la vida y del amor, a estos tres grandes, disfruten de sus voces, maldigan a los poderosos que nos los ocultaron. Exploren el Emule, rebusquen en Ares, saquen polvo a sus antiguos vinilos, sueñen con lo prohibido, con traspasar las fronteras de lo políticamente correcto.

Esa maldita pared, endemoniada pared que no separa de la auténtica y definitiva libertad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ME ENCANTA QUE ALGUIEN SE ACUERDE DEL "BAMBI"....
AHOARA MISMO LO ESTOY ESCUCHANDO.
SU SONIDO PRIMITIVO, SU SENTIMIENTO,SU VOZ DESGARRADORA, HACEN DE EL, ALGO ESPECIAL....
NO ES DE ESOS ARTISTAS QUE TE GUSTAN UN POCO, O TE GUSTA MUCHO O NADA....
SI ME PIDES QUE TE LO DEFINA, ES FACIL...."MONSTRU".
COMO BIEN DICES , HA SIDO DE MINORIAS, HA SIDO EL REY DE LOS BAJOS FONDOS EN MI PUTA BARCELONA DEL ALMA.
BAMBINO FOR EVER.
EN BARCELONA, CUANDO ACABA SUS ACTUACIONES SIEMPRRE CANTABA ESTA CANCION:
TRABAJABA COMO FIERA, Y ASU LADO, NADA LE FALTABA...
VESTIR BIEN Y MANEJAR... CON GUSTO LO MANTENIA.
PERO DIOS SE LA VINO A LLEVAR...; MALDITO CARAMBA, TAL VEZ NO LA MERECIA.

Anonimo dijo...

Energúmenos hay y habrán en todas partes.
Soy falangista y admirador de los tres.
Y JAMÁS le he pegado a un rojo por serlo.
De hecho mis mejores amigos lo son.