jueves, abril 12, 2007

Javier Sardá, la impostura del progre (y 2)

"Calumnia, que algo queda" reza un sabio refrán español. Esta es la máxima que parece seguir en estos días el multimillonario periodista Javier Sardá. Tras cargar contra Cuba, mintiendo descaradamente, con el único y miserable objetivo de promocionar su nuevo programa, la República Bolivariana de Venezuela parece la próxima pieza a batir. El Semanal Digital, periódico cibernético de tendencia neoliberal, da cuenta en su edición de hoy de la visita realizada por Javier Sardá y Boris Izaguirre a la cadena venezolana RCTV, durante la pasada Semana Santa.

Las declaraciones de ambos, disponibles en el sitio web escuálido Venezuela Press, rayan lo demencial. Mientras Izaguirre elogió el comportamiento de los trabajadores de RCTV, Sardá se erigió nuevamente en supremo defensor de la libertad de expresión, tal y cómo nos tiene acostumbrados. El potentado presentador señaló que por más que sean "políticamente improcedentes por ser muy conservadores de derecha o muy radicales de izquierda, o arbitrarios, o porque tienen mal gusto, o porque su forma de abordar la realidad es incluso éticamente discutible, incluso en ese caso, la libertad de expresión consiste en permitir a uno como consumidor ver cosas que le disgusten".

Por supuesto, Sardá no perdió la oportunidad de justificar su labor en Crónicas Marcianas, donde a diario recalaban personajillos y frikis, todos ellos lumpenproletarios del show-business. Sardá tiene vocación de superhéroe. Lo que más desea es enfundarse el traje azul elétrico, colocarse la capa fosforita, y emprender el vuelo, todo sea para proteger a los consumidores del maléfico castrochavismo. Este caballero, sin miedo y sin tacha, sabe que miente. Miente a conciencia. Javier Sardá sólo obedece la voz de su amo: el capitalismo internacional.

Los medios antichavistas, que participaron abiertamente en el golpe fascista del 11 de abril de 2002, han fabricado un nuevo frente contra el Gobierno Bolivariano, aprovechando la decisión de éste de no renovar la la licencia de emisión en abierto al canal Radio Caracas Televisión (RCTV). Cómo escribió J. David Carracedo en Diagonal "la ley del estado venezolano, como la del resto de países, estipula que el espectro radioeléctrico pertenece y es administrado por el Estado que dispone del derecho de concesión de licencias, mientras que las infraestructuras, el material y las sedes de los canales pueden ser de propiedad privada". No hay nada más que decir con respecto a este tema.

Sacamos una conclusión resplandeciente: Javier Sardá es un mentiroso, que apoya abiertamente a los medios golpistas venezolanos, amparado en la libertad de expresión. Sardá chulea este derecho fundamental, actúa cómo un proxeneta, lo prostituye para sacar determinados rendimientos económicos. Debemos decir, bien alto y bien claro, que este hombre carece de autoridad moral alguna para proclamarse protector de la libertad de expresión. En todo caso, que se dedique a proteger la mierda televisiva del momento, hija de sus entrañas.

Vuelvo a solicitar al señor Sardá, que se dedique a administrar sus millones o a viajar por el mundo, pero que se olvide de los pueblo heroicos que resisten al imperialismo. Que llame a la puerta de Federico Jimenéz Losantos y pida perdón, que expíe su pasado progre en solemne confesión ante Monseñor Rouco Varela, que escriba en Libertad Digital y lance soflamas antiZP desde la Cope. No en vano, el perro siempre es el mismo, sólo cambian los collares.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante su blog. Muchas gracias por difundir información veraz sobre las luchas del pueblo bolivariano y los demás pueblos de América Latina con seriedad y corazón. Y por desenmascarar oportunistas impresentables como el "marciano" Sardá y demás gentecilla.
Un saludo desde Tenerife,
D-Trisse