martes, mayo 29, 2007

Tras el ciclón electoral *

El caimán ha ganado. Ha ampliado su mayoría absoluta, doblegando al PSOE, que traía de cabeza de cartel a un candidato perdedor. Izquierda Unida ha mantenido sus dos concejales, Lola Ruiz y Manolo Morales. Pepe Torres Hurtado, aquelarre de todas las derechas posibles, ha arrasado, cómo señalaban las encuestas.

Granada, abúlica, anestesiada, comodona, aburrida, se ha suicidado políticamente. Los granadinos que han votado al Partido Popular aceptan de buena gana la destrucción de su ciudad. Los abstencionistas (43,20% del electorado), reniegan de su papel de ciudadanos, colaborando indirectamente en la aplastante victoria de la derecha. Que no me vengan ahora cuatro anarquistas o cuatro izquierdistas, apropiándose de la abstención, que ya dan bastante pena.

Torres Hurtado ha sabido capitalizar las obras públicas, de dudoso gusto, que han invadido nuestra ciudad durante estos últimos cuatro años. Sus votantes, 60.000 en una ciudad de más de 200.000 habitantes, se sienten identificados con él y con su partido. Este señor no es un pepero más. Es un cateto espabilao, estrecho de miras, que representa lo peor de nuestra raza. Carece de la gracia albayzinera de Kiki Díaz Berbel, aunque no es tan sieso y tan pastoso cómo el socialisto Javier Torres Vela.

Granada ha hipotecado su futuro, alegremente. Ha optado por un cambio radical, por una cirugía agresiva que remiende su historia y su belleza. Siempre ha sido así, aunque nos duela reconocerlo.

Esta ciudad de provincias asesinó a sus mejores hijos, los fusiló en el cementerio, los bombardeó desde la Alhambra, los enterró en Víznar, los sepultó en el olvido. La izquierda real siempre fue una minoría, amenazada por la chusma de bien. No se le pueden pedir peras a un olmo.

Granada es una ciudad universitaria, fiestera, noctámbula y liberal en sus costumbres. Marchosa y alegre, esconde un terrible secreto: bajo la modernidad, agazapado, oculto, acechante, respira lo más negro del alma española.

España es un monstruo bifronte, un país esquizofrénico al que amamos y odiamos a la vez. Una de sus caras nos asusta porque conocemos su poder y su maldad, la otra es más pequeña y quizás esté ya muerta. Una vez, hablando con un camarada, surgió el concepto de patriota póstumo. Con este término, intento referirme a aquellas personas, partidarias de la restauración de la República, que nacieron tras el fin de la guerra civil, una vez aniquilada la España Roja. Patriotas póstumos, patriotas prenatales, que luchan por la Tercera República.

Esta España que mataron en el 39, sigue viva en ciertos lugares de nuestra geografía. Por ejemplo, en Alcalá del Valle, localidad de la Sierra de Cádiz, donde, con una participación del 86,10%, Izquierda Unida ha logrado la mayoría absoluta frente a un PSOE derechizado. Al conocer estas cosas uno siente envidia sana.

Desde hoy, desde cualquier trinchera, debemos de plantar cara al Ayuntamiento de Granada, fiscalizando todos sus movimientos, denunciando cualquier irregularidad, con la ley en la mano y el puño levantao. No hay que ceder ni un palmo, no hay que olvidar ningún ámbito. Lucha sindical, lucha vecinal, lucha ecologista, lucha institucional. Olvidar el triunfalismo, enfermedad infantil del electoralismo, apostando por el combate.

Arrasó el caimán. Al cacique ya ni te lo imponen, lo votas y después te vas de tapas. Pobre Graná, llena de granaínos.

*Granada (Desgranada). Tercera entrega.

1 comentario:

Duarte dijo...

Análisis material de la praxis política de iu en Córdoba y sus consecuencias

http://albertoalmansa.blogspot.com/2007/05/la-sonrisa-de-los-tristes.html